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En las noches del verano,
en las durces noches claras,
cuando tiemblan las estrellas
entre medio d'una luna'zul y branca,
y s'escuchan a lo lejos los cantares
de los grillos y las ranas,
algo asín com'un jilguero
qu'en la joya las Torbiscas canturrara,
algo asín como los trinos d'una mirla
que dijera sus quereles junt'l agua,
se barrunta dende arriba de las sierras,
entre medio de los brezos y las jaras.

**Luis Chamizo, poeta extremeño

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14 de septiembre de 2007

De la relatividad de la belleza

De la relatividad de la belleza hablamos otra noche en la que no estabas. Se te distinguía más lejano cuando yo me explicaba imaginándote. Noche aquella de sidra y jaleo. Mezclamos la perfección con el templo de tu cuerpo. Sonaban voces cercanas. Estaban todos menos tú. Tenía más presentes tus besos, todo hay que decirlo. Te quise mucho esa noche. Como se quiere a lo absoluto. Ya asomaba algún que otro arrebato de honestidad. Eran otras noches, otros tiempos, como tu tiempo y el mío que no acaban de entenderse. Aunque esto de que no se entiendan también es relativo, recuerdo una vez que se me paró el reloj perdiendo el tiempo contigo. Pero sí. De la relatividad de la belleza hablamos otra noche. Estaban todos menos tú. Noche aquella de sidra y jaleo. Te quise mucho esa noche.


** (...), en noche de sidra y palomitas en marzo 2007
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Día de un calor abrumador. Además, pongo a Bach en mi electrófono al máximo de su volumen. Pienso a veces que mi cabeza va a estallar de un momento a otro. Tres veces me he arrodillado para agradecer a Dios a tal punto se crece el cuadro de la Asunción. Al atardecer, se levanta por el sur un viento cálido, y las colinas de enfrente son pasto de las llamas. Gala vuelve de pescar langostas y me manda decir por la criada que mire el incendio que tiñe el mar de un color amatista, y más tarde de rojo vivo. Desde la ventana le hago señas de que ya me he dado cuenta. Gala está sentada en la proa de su barca pintada de amarillo de Nápoles. Es el día de mi vida en que la encuentro más hermosa. En la playa, los pescadores contemplan el paisaje que arde. Yo, conmovido, me postro de rodillas una vez más para dar gracias a Dios de que Gala sea un ser tan hermoso como los que adornan los lienzos de Rafael. Esta belleza, lo juro, es imposible captarla, y nadie ha podido captarla con tanta vitalidad como la capto yo gracias a mis éxtasis previos delante los cuernos de rinoceronte

**Salvador Dalí, 6 de julio 1952
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6 comentarios:

Angel dijo...

Ciertamente la belleza puede ser relativa, como la mayoría de las cosas en las que entra en juego nuestra peculiar percepción.

Herman Hesse dijo: " la mitad de la belleza depende del paisaje, y la otra mitad de la persona que mira ".

Bello texto compañera.

Maik Pimienta dijo...

¿Qué hay desde el borde último de mi ojo, de mi retina que te capta, hasta que en realidad construyo tu imagen en mi cabeza? Debo ser todo yo, que te transforma.

Un beso.

Gabriel dijo...

Intensa, como siempre, Sele.
Y la carta de Dalí a Gala, me recuerda ese cuadro, y el perro escondido entre las nubes.
Un abrazo.

Fabiana dijo...

cuanto amor integro y absoluto (esa palabra que escribiste tan contundente..)que lindos parrafos los dos.. saludos.

Gabriel Cordears dijo...

Lo bello nos conmueve,nos atrapa,nos eleva y nos enseña a percibir pues exalta los sentidos centrando toda nuestra atención y por tanto nuestra energía interior enriqueciéndola.
Me encanta tu blog,linda foto aquella de la Luna tan cerca! me la prestas?
Gracias por tu comentario, volveré pronto
Un abrazo

Anónimo dijo...

muy buen blog!