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En las noches del verano,
en las durces noches claras,
cuando tiemblan las estrellas
entre medio d'una luna'zul y branca,
y s'escuchan a lo lejos los cantares
de los grillos y las ranas,
algo asín com'un jilguero
qu'en la joya las Torbiscas canturrara,
algo asín como los trinos d'una mirla
que dijera sus quereles junt'l agua,
se barrunta dende arriba de las sierras,
entre medio de los brezos y las jaras.

**Luis Chamizo, poeta extremeño

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24 de agosto de 2008

PLENILUNIO

Yo, Ana,
Y tú, qué mal, amor, que te llamas Silencio.
Debieron llamarte Arte.
Hoy supe que Arte es todo aquello digno de mirar (que no de ver).
Y Arte tiene la erre, amor, como escribir.
A mi siempre me ha gustado escribir, mucho, amor, mucho, escribo mucho.
A ti siempre te ha gustado mirar.
Y Silencio no tiene erre ni tiene arte ni me vas a escribir tú nada, amor, en la puta vida.
Mirarme, sí, todo lo que tú quieras.
Aquí quedo pues, amor, esclava de mis palabras, rompiéndote.
Y tú, ¿qué me verás, amor (de ver) al mirarme así?
Yo ya te he dicho que te quiero, Silencio, amor,
Y tú, ¿vas a pronunciarte?



Camarón de la Isla, por tanguillos y rumbas

12 de agosto de 2008

KENNAMORE STREET

Yo quiero que tú sufras lo que sufro:
aprenderé a rezar para lograrlo.

Yo quiero que te sientas tan inútil
como un vaso sin whisky entre las manos;
que sientas en el pecho el corazón
como si fuera el de otro y te doliese.

Yo quiero que te asomes a cada hora
como un preso aferrado a su ventana
y que sean las piedras de la calle
el único paisaje de tus ojos.

Yo deseo tu muerte donde estés.
Aprenderé a rezar para lograrlo.

**fOnOlLoSa