La noche que escape el querer de mis labios tu misma cara cerrará el poema
...
. . En las noches del verano,
en las durces noches claras,
cuando tiemblan las estrellas
entre medio d'una luna'zul y branca,
y s'escuchan a lo lejos los cantares
de los grillos y las ranas,
algo asín com'un jilguero
qu'en la joya las Torbiscas canturrara,
algo asín como los trinos d'una mirla
que dijera sus quereles junt'l agua,
se barrunta dende arriba de las sierras,
entre medio de los brezos y las jaras.
Aquí no pasa nada, salvo el tiempo: irrepetible música que resuena, ya extinguida, en un corazón hueco, abandonado, que alguien toma un momento, escucha y tira.
y mañana será otro día tranquilo, un día como hoy, jueves o martes, cualquier cosa y no eso que esperamos aún, todavía, siempre.
13 comentarios:
si Ana, qué razón tienes, a veces el orgullo mata todo lo que alcanza, lástima...
un placer leerte.
Me gusta tu blog. Mucho.
Un abrazo.
Me ha gustado mucho...
Pues carga tus labios y a por ello.Me gustan tus brevedades.
Saludos!
Uff, pueden decir tanto cinco versos...
Yo creo que, entre las dos opciones, dejarse matar por el orgullo no es tan placentero.
Saludos.
Ahora la imagen de las lavanderías ha cambiado para ti, ¿verdad? Si no la has visto, te recomiendo "Mi vida sin mí", de la misma directora.
Agradable manera "violenta" de dar un paso adelante.
Saludos.
Je...
Mejor morir a besos.
Hay que seguir, pero: ¿qué es lo que nos hace seguir?
A veces? Casi siempre, Ana.
Un abrazo, amiga mía.
Gabriel
pues 'algo' muy nublado
le pasa
Saludo y Abrazo,
Yamana
¡¡Cielos!! que contundente.
Eres auténtica.
Un abrazo
cuantas veces he querido decir eso ... me gustan mis concluisones solo falta hacerlas realidad .
saty . 9
jajaja me encanto, pequeño pero directo; cuantas veces el orgullo no estuvo a punto de matarme; pero leyendo aqui prefiero morir a besos. :D
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