me acostumbré a taparme los oídos
-qué niña-
ayer enterré lo que me quedaba de infancia,
poca cosa,
no sentí nada,
de todos modos qué putas son siempre las despedidas.
**(...), en lo oscuro
Lo importante
-repito-
es el recuerdo
que este arreglo trivial
me trae de lo que era vida,
y cómo los decorados,
y la escena,
mudan por la memoria
hacia horas que yacen
agazapadas en el alma.
**Jose María Alvarez, a media voz
Esta maldita falta de inocencia nos imposibilita ser felices, sentir sin recelo.
ResponderEliminarUn beso, adulta.
Hola!
ResponderEliminarSaltando de un sitio a otro no he podido evitar, al llegar hasta aquí, detenerme y echar un vistazo.
Me gusta mucho tu blog.
Pasaré por aquí siempre que pueda.
Saludos!!!
Y yo que vivo obsesionado con la idea de dejar de ser un niño y convertirme en hombre!?
ResponderEliminary yo también me alegré de encontrar tus palabras... ay sabines.... me quedaré un rato leyendo.... con tu permiso...
ResponderEliminarcomo duele la ausencia de dolor
ResponderEliminarMe identifico...en ocasiones la vida nos arranca de las manos ese último juguetito...de la infancia, tal vez el único vestigio que nos recordaba que alguna vez tambien fuimos niños...niños felices...!
ResponderEliminary que largas las madrugadas en las camas vacías.
ResponderEliminarbesos.
sobre despedidas, las hay de las que dañan. allí nos vamos perdiendo. pero si, son esencialmente putas.
ResponderEliminarComo vas a sentir algo si tenias los oidos tapados!! Ay Anita... como comparto tu ultima frase... y me atreveria a intuir que ademas, tu tambien te dedicas al goce de sufrir despedidas anticipadas
ResponderEliminarPutas y apaleadas. Un saludo
ResponderEliminarPutísimas Ana, nada peor.
ResponderEliminarTe dejo un beso.
Renfield, bueno, los oídos tapados ¿pero y el resto de los sentidos, qué?... y sí, tu intuición no falla, hablé de eso en otras entradas del blog.
ResponderEliminarParticularmente pienso que la perdida de la ingenuidad es un mal mayor que irremisiblemente nos lleva a un digamos continuo estado de alerta, a ser algo o alguna cosa que difícilmente se deja sorprender o mirar a alguien con la boca abierta.
ResponderEliminarGracias.
Sí que son putas, casi siempre son algo jodidas, por lo que tiene de pérdida.
ResponderEliminarHay despedidas solemnes, imprevistas, tristes, anunciadas, previsibles, macabras, incluso necesarias a veces,
hay una frase de Shakespeare que dice: "Que dulce tristeza es la despedida"...
y resumiendo...tan putas, nos pasamos la vida despidiéndonos de gente y también de todas las cosas.
Nunca te despidas del todo de esa niña que te hizo, protégela siempre Ana.
Si no estaremos perdidos.
Un abrazo enorme,
...a la niña.
Segura que dejaste de ser ingenua? A todo esto tomas ingenuo como sinónimo de inocente? me gustaria imaginarme esa escena.
ResponderEliminarmisael: sí, creo que hablaba de inocencia, y creeme que es mejor no vivir esa escena...
ResponderEliminarse q sto es para comentarios no para debates..pero tngo q preguntart xq no me permites imaginarme la escena??...cual fue el desencadenante de esa perdida?
ResponderEliminarmisael, de la 1 escena que se representa no quiero hablar: duele. La 2 escena-pérdida, ya dije que es poca cosa: mi memoria escrita hecha pedazos.
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