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En las noches del verano,
en las durces noches claras,
cuando tiemblan las estrellas
entre medio d'una luna'zul y branca,
y s'escuchan a lo lejos los cantares
de los grillos y las ranas,
algo asín com'un jilguero
qu'en la joya las Torbiscas canturrara,
algo asín como los trinos d'una mirla
que dijera sus quereles junt'l agua,
se barrunta dende arriba de las sierras,
entre medio de los brezos y las jaras.

**Luis Chamizo, poeta extremeño

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24 de septiembre de 2007

Arde

Me duele.
Me duele.
Me duele.
Me está doliendo todo esto que ahora ofreces:

-indiferencia mal fingida.
-pérdidas de memoria ocasionales.
-chulería.

Duele aún más que se llenen mis oídos
de maravillas que no aprecio
por tener mis sentidos en este sinvivir de absurdos
-lo que estoy viviendo contigo-.

18 de septiembre de 2007

Huecos

No se como denominar a estas noches
que no son más que alguna chispa de esperanza vertida en la madrugada,
cómo catalogarlas,
dónde,
en qué parte clasificarlas,
qué hacer con ellas,
no me preguntan,
simplemente suceden,
acontecen sin tenernos en cuenta,
parpadean,
yo quiero colocarlas de tal forma que queden lejos del recuerdo,
allá donde no hagan falta ni haya que cogerlas,
trasladarlas,
echarlas cuanto más lejos mejor,
allí,
pegarlas a tus besos,
adherirlas,
llenarlas de algo,
me es necesario sostenerlas,
por qué están ahi si no las he dicho que vinieran,
qué hacen conmigo,
qué pretenden decirme,
dónde quedamos nosotros dentro de ellas?

14 de septiembre de 2007

De la relatividad de la belleza

De la relatividad de la belleza hablamos otra noche en la que no estabas. Se te distinguía más lejano cuando yo me explicaba imaginándote. Noche aquella de sidra y jaleo. Mezclamos la perfección con el templo de tu cuerpo. Sonaban voces cercanas. Estaban todos menos tú. Tenía más presentes tus besos, todo hay que decirlo. Te quise mucho esa noche. Como se quiere a lo absoluto. Ya asomaba algún que otro arrebato de honestidad. Eran otras noches, otros tiempos, como tu tiempo y el mío que no acaban de entenderse. Aunque esto de que no se entiendan también es relativo, recuerdo una vez que se me paró el reloj perdiendo el tiempo contigo. Pero sí. De la relatividad de la belleza hablamos otra noche. Estaban todos menos tú. Noche aquella de sidra y jaleo. Te quise mucho esa noche.


** (...), en noche de sidra y palomitas en marzo 2007
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Día de un calor abrumador. Además, pongo a Bach en mi electrófono al máximo de su volumen. Pienso a veces que mi cabeza va a estallar de un momento a otro. Tres veces me he arrodillado para agradecer a Dios a tal punto se crece el cuadro de la Asunción. Al atardecer, se levanta por el sur un viento cálido, y las colinas de enfrente son pasto de las llamas. Gala vuelve de pescar langostas y me manda decir por la criada que mire el incendio que tiñe el mar de un color amatista, y más tarde de rojo vivo. Desde la ventana le hago señas de que ya me he dado cuenta. Gala está sentada en la proa de su barca pintada de amarillo de Nápoles. Es el día de mi vida en que la encuentro más hermosa. En la playa, los pescadores contemplan el paisaje que arde. Yo, conmovido, me postro de rodillas una vez más para dar gracias a Dios de que Gala sea un ser tan hermoso como los que adornan los lienzos de Rafael. Esta belleza, lo juro, es imposible captarla, y nadie ha podido captarla con tanta vitalidad como la capto yo gracias a mis éxtasis previos delante los cuernos de rinoceronte

**Salvador Dalí, 6 de julio 1952
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12 de septiembre de 2007

La fe

Que me quieres de verdad
eso es lo que tiene que decirme la virgen
pero
¿y si supiera que te quiero yo quince veces más que a ella?

Si no dijese esto mentiría
y es pecado mentir, eso me enseñaron

Ojala me enseñaran a llamarte y tan solo con alzar la voz, vinieras
Cómo son las cosas que tiene que ser la virgen la que me diga que me quieres
como si en su cielo tuvieran guardado un trocito para nosotros
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Una sola palabra tuya
bastará para descomponerme
¿dónde queda la fe?